IMPLANTES

Es una raíz artificial de titanio, (material biocompatible) que se coloca en los maxilares permitiendo reemplazar con mucha estética y naturalidad a la pieza dental perdida.

Se pueden colocar uno o más implantes dentales en el hueso maxilar, facilitándonos la construcción de prótesis fijas.
Cuando la carencia de piezas es total se realizan de dos a ocho fijaciones (implantes) para tener mayor estabilidad y se coloca la prótesis fijas sobre los implantes dentales que permiten rehabilitar toda la boca con nuevos dientes.

El uso de esta técnica quirúrgica moderna permite al paciente que ha sufrido una pérdida dental, una recuperación plena de la función masticatoria y de la estética bucal.

El proceso de osteointegración, se define como la unión mecánica firme, directa, estable y duradera producida entre el hueso vivo maxilar y el cuerpo de un implante dental de titanio, que acontece sin interposición de tejido conectivo.

Para que se produzca la osteointegración, hay que realizar una correcta técnica quirúrgica, dependiendo el éxito de la presencia o ausencia de procesos in􀃖amatorios, del diseño del implante y del tiempo en el que el implante se mantenga libre de cargas, que debe ser alrededor de 4 a 6 meses.

En la actualidad, las técnicas más avanzadas como los implantes de carga inmediata permiten proporcionar una prótesis con dientes fijos sobre implantes osteointegrados a los pocos días o incluso a las horas de su colocación.

Existen muy pocas contraindicaciones absolutas, entre las que podemos destacar enfermedades graves que influyan en el metabolismo del hueso, infecciones específicas, tumores malignos que afecten al hueso, o radioterapia en grandes dosis.

Es importante decir que los implantes dentales no provocan rechazo en el organismo, comúnmente cuando se habla de rechazo se re􀃕eriere a una no oseointegración del implante dental ( se estima normal un nivel de fracasos del 2% a 5% de los implantes colocados).

Cuando un implante dental no se osteointegra se puede volver a colocar otro para sustituirlo.

Al contrario de lo que pueda parecer, en muchos casos el post-operatorio supone menos molestias e incomodidades que otras intervenciones menores en Odontología.

Un implante a veces puede ocasionar molestias en la encía durante el proceso de cicatrización de la herida por lo que se prescriben analgésicos o antiinflamatorios según el tipo de intervención.
Es fundamental tener una buena higiene durante este periodo para evitar sobreinfecciones de la encía.
Normalmente se prescriben antibióticos por seguridad.

En los algunos casos aparece frecuentemente hinchazón durante los primeros días que suele remitir espontáneamente a las 72 horas, si bien no resulta dolorosa y permite hacer vida normal.

Las prótesis pueden colocarse tras tres a seis meses de espera una vez realizada la cirugía.

Básicamente existen dos formas de rehabilitación protésica sobre implantes:

La prótesis fijas en zirconio o en metal-porcelana, que nos proporciona el mayor nivel de estética, comodidad y función, y la prótesis removible (de quitar y poner), realizada en resina y que supone una opción más económica al ser un tratamiento menos sofisticado (sin dientes) y que necesitan más matenimientos.

Para ello en clínica, el odontólogo toma impresiones y registros de mordida que posteriormente enviará al laboratorio donde el protésico vacía, o positiva, las impresiones en yeso, y confecciona sobre los modelos resultantes las estructuras de la prótesis fija con cera.

Estos encerados se incluirán en revestimientos especiales resistentes a altas temperaturas, y se procede al colado en metal con distintas aleaciones. El último paso podría ser montar la cerámica sobre las estructuras metálicas, dependiendo del tipo de prótesis fija a realizar, ya que también existe la posibilidad de realizar las coronas y puentes en porcelana pura (sin metal) o sobre una base de un material blanco llamado alúmina o zirconio que en este ultimo caso se utiliza la innovadora tecnología de cadcam.

Los implantes correctamente colocados garantizan unos resultados estéticos en la mayoría de los casos muy superiores a la dentadura original del paciente.

El paciente debe tener claro que no sólo conseguirá una boca sana sino además una sonrisa estética.
Esas deben ser sus exigencias.

Unos implantes bien colocados y de tamaño proporcional a la carga que han de soportar (a mayor tamaño mayor seguridad) son para toda la vida.

Las condiciones fundamentales para garantizar el éxito son:

La correcta planificación del caso concreto.
Las manos y la experiencia del cirujano (el tamaño del implante y su correcta colocación).
La elaboración de la prótesis teniendo en cuenta las cargas que ha de soportar y el correcto ajuste para evitar fuerzas anómalas que supongan un sobreesfuerzo de los implantes.

Quizás el riesgo más significativo es la pérdida de sensibilidad en la zona del labio inferior cuando durante la intervención se toca o se secciona el nervio mentoniano, dicha pérdida de sensibilidad puede ser temporal o permanente.
Por ese motivo hay que ser especialmente cuidadoso cuando se opera en esa zona porque no nos vale tocar el nervio con un implante demasiado largo pero tampoco nos sirve un implante demasiado corto que no aguante la carga a la que será sometido.

Por otro lado es fundamental que los implantes estén correctamente colocados desde un principio, puesto que una vez que éstos se oseointegran quedan “soldados” al hueso y si fuese necesario extraerlos perderíamos mucho hueso maxilar, lo cual complicaría enormemente una rehabilitación y por supuesto los resultados nunca serían los mismos.

Hoy en día disponemos de técnicas avanzadas para realizar cirugías en casos extremos.

Se puede recurrir a elevaciones de seno maxilar e injertos que pueden ser autólogos (propios del paciente) o de otros tipos, con un porcentaje de éxitos elevadísimo.
Afortunadamente son rarísimos los casos en los que un paciente que desea ser rehabilitado no puede serlo.

El campo de la regeneración ósea es sin lugar a dudas uno de los principales avances en la Implantología de los últimos años.

Para los pacientes con piorrea los implantes son “LA SOLUCIÓN”.

Tradicionalmente este tipo de pacientes estaban ineludiblemente abocados a perder sus dientes.

El único tratamiento que podíamos ofrecerles era una higiene escrupulosa y periódicas visitas a la consulta para realizarse tratamientos periodontales. La perspectiva final siempre era la misma: la dentadura completa de quitar y poner.

Ahora los implantes han revolucionado la forma de tratar a estos pacientes, es importantísimo saber que los largos tratamientos periodontales no solo son inútiles sino que son perjudiciales porque mientras se hace un esfuerzo para conservar la pieza natural no podemos evitar que la enfermedad siga su curso y vayamos perdiendo hueso.
Hay que saber cortar ese proceso antes de que sea demasiado tarde.
El hueso es fundamental para una buena rehabilitación y para un resultado estético.

En los casos extremos es muy difícil lograr estética.

Quizás sea el único caso el la Medicina en el que el sustituto artificial tiene una mejor funcionalidad que el órgano original.

Un implante que trabaja correctamente en la boca (porque está colocado en la posición idónea y soporta una carga axial y proporcional a su tamaño), tiene una durabilidad muy superior a la vida natural de un diente.

La prótesis se coloca el mismo día de la cirugía.

Solamente es recomendable hacerlo en casos muy concretos y favorables.
Aún así la calidad de la prótesis que se puede ofrecer en estos casos está muy condicionada por el factor tiempo.

En estos casos nosotros ofrecemos dientes provisionales en resina que luego serán sustituidos por los definitivos en cerámica de máxima estética.

Los tratamientos en cerámica no pueden realizarse en el día, solamente es posible hacer prótesis de resina prediseñada, por lo tanto no personalizada.

BLANQUEAMIENTOS DENTALES

Ésta técnica no consiste en un “blanqueamiento” del diente propiamente dicho, sino en un aclaramiento, ya que no se altera el color propio del diente.

El color de un diente viene determinado, desde que nacemos, por la tonalidad del núcleo del diente (dentina) y por la transparencia y capacidad de refracción de la luz por el esmalte.
El color del núcleo no se altera, sin embargo, con el tiempo el esmalte se va tiñendo a base de sustancias colorantes como pueden ser el tabaco, los pintalabios, el café, el té, el tomate, pigmentos químicos, bebidas de cola, uso de determinados medicamentos, etc.

En consecuencia, el blanqueamiento dental consiste en eliminar del esmalte, por medio de sustancias químicas, todas aquellas partículas que alteran su color original.

Básicamente los blanqueadores utilizados son 2: el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida, ambos en concentración variable.

El peróxido de hidrógeno es más potente y eficaz, pero resulta a veces en un exceso de sensibilidad en los dientes tras el tratamiento.
El primero de ellos suele emplearse a concentraciones entre 35 y 38% para realizar blanqueamientos de 1 ó 2 sesiones en la clínica dental.
Al ser un agente tan potente, el tratamiento ha de llevarse a cabo en la clínica para controlar su efecto y evitar riesgos; el segundo se emplea a concentraciones entre un 2 y un 10% para un tratamiento ambulatorio (en casa).

El tratamiento en la clínica es eficaz a priori, pero su efecto es poco duradero, ya que la primera sensación de aclaramiento se produce debido a una deshidratación del diente. A los pocos días, el diente se vuelve a hidratar y recupera casi por completo su estado original.

Por el contrario, el tratamiento ambulatorio consigue el efecto más paulatinamente, sin embargo su acción puede prolongarse en el tiempo durante años.

Lo más efectivo es combinar ambos tratamientos y aplicar dosis de refuerzo cada 2 o 3 años para mantener el resultado.

En una primera visita se realizan unas réplicas de la boca del paciente, a partir de las cuales se confeccionarán unos moldes de plástico transparentes, que se adaptarán a los dientes y albergarán el gel blanqueador.

Una vez hechos los moldes el blanqueamiento se realiza en 2 fases, una fase en la consulta y otra en casa:

1ªFASE
En esta primera sesión se realiza un pulido de la superficie de los dientes para eliminar impurezas. A continuación se aplica un gel de peróxido de hidrógeno al 35% durante 30 minutos. Esto produce un aclaramiento inicial importante.

2ª FASE
El mismo día se le entrega al paciente el molde de plástico y una jeringa de gel de peróxido de carbamida (3-10%). A partir de este momento el tratamiento continúa en casa. El paciente debe aplicar el gel en el molde y colocarse este último en los dientes. Se recomienda llevarlo unas 2 horas al día durante 7-10 días.

Al finalizar el tratamiento re revisa el estado y el color de los dientes, comparando mediante fotografías y una guía de colores el resultado obtenido.

Se concluye con un pulido de los dientes y una aplicación de flúor para reforzar el esmalte.

La eficacia del tratamiento es proporcional al grado de tinción de los dientes que han sido oscurecidos a lo largo de los años por sustancias colorantes.

El tratamiento resulta menos e􀃕caz, e incluso inútil, en dientes oscurecidos por alteraciones intrínsecas, como ingesta de tetraciclinas durante la infancia, hipoplásias congénitas de esmalte, etc.

Según los expertos, la única desventaja que puede presentarse es sensibilidad en las encías durante los primeros días.

En cuanto a la duración del efecto blanqueador, depende en gran medida del tipo de alimentación que siga el paciente tras el tratamiento.
Así, en una persona fumadora, que bebe vino y toma café regularmente, el efecto del blanqueamiento se perderá con más rapidez.

De acuerdo con la Asociación Dental Americana (ADA), al cabo de 5 años, sólo un 20 por ciento de los casos estudiados habían perdido ligeramente la tonalidad conseguida.
No obstante, los primeros días tras el tratamiento, hay que seguir una “dieta blanca”, que consiste en tomar alimentos sin colorantes, como leche, yogures naturales, arroz, pasta, pescado… y eliminar radicalmente todos los que “tiñen” (café, bebidas de cola, remolacha, chocolate, tomate, zanahoria…).

Una vez al año conviene hacer un tratamiento de recuerdo para mantener el resultado, es decir, volver a aplicar el gel en el molde durante 2 ó 3 días.

CARILLAS

Se trata de finas láminas de porcelana, de aproximadamente 0,3-1 mm. de espesor, que se colocan cubriendo toda la superficie anterior de los dientes.

Se unen fuertemente al diente por medio de un adhesivo especial. La unión es tan fuerte que una vez colocadas no se pueden retirar a menos que se rompa la carilla.

Se emplean fundamentalmente para enmascarar anomalías del color de los dientes que no pueden tratarse mediante el blanqueamiento convencional. También se emplean para disimular alteraciones en el tamaño o forma dentales, confiriendo al diente un aspecto más ideal.

Sus principales ventajas son su poder de adhesión, resistencia a la abrasión y gran sensación estética.
Prácticamente no hay que reducir el diente para colocarlas.
Una vez cementadas, el paciente puede comer con normalidad. Muchas personalidades de la vida pública y medios de comunicación hacen uso de esta técnica para conseguir una sonrisa atractiva.

1. Porcelana: Sus principales ventajas son su poder de adhesión, resistencia a la abrasión y gran sensación estética.
No se desgastan con el tiempo, no pierden el brillo y mantienen intacto su color.
Una vez cementadas, el paciente puede comer con normalidad. Muchas personalidades de la vida pública y medios de comunicación hacen uso de esta técnica para conseguir una sonrisa atractiva.
Su principal inconveniente es que en ocasiones hace falta reducir ligeramente el esmalte.
Además son más caras y requieren al menos 2 sesiones.

2. Composite: Se realizan con el material con el que se hacen los empastes.
Con el paso del tiempo se deterioran, pierden el brillo y se oscurecen.
Tienen la ventaja de ser más económicas y conservar íntegro el esmalte.
Además se realizan en una sola sesión.

Es sencilla. El diente o los dientes que vayan a recibir una carilla se rebajan levemente en su parte frontal, del orden de 0,3-0,5 mm.

Tras la preparación se toma una medida muy precisa con silicona, la cual se mandará al laboratorio, donde técnicos especializados confeccionarán la carilla mediante un moderno sistema de inyección o colado de la porcelana.

Terminada la carilla, se realiza la prueba de adaptación, y si ésta es válida se procede a colocar la carilla con un adhesivo especial.
El proceso en su totalidad dura unos pocos días.

No todos los pacientes son subsidiarios de un tratamiento con carillas de porcelana.

Los casos de apiñamientos severos o defectos en la relación de las arcadas dentales pueden contraindicar este tratamiento.

Tampoco es recomendable en pacientes bruxistas (“rechinan” los dientes).
En cualquier caso siempre es el Odontólogo quien tiene que determinar por medio de un examen clínico si el paciente podrá o no hacer uso de las carillas.

No obstante, existe la alternativa de las coronas completas de porcelana.

Depende de los hábitos del paciente.
Su duración media es de unos 12 años.
En ocasiones, cuando el paciente sufre un impacto fuerte en la boca o muerde algo duro, alguna carilla puede fracturarse o descementarse.
En caso de descementación, si la carilla está intacta, se vuelve a adherir.
Si se ha roto, sencillamente se vuelve a hacer otra en pocos días. Mientras se confecciona la nueva carilla, se coloca otra carilla provisional de composite.

BRUXISMO

El bruxismo es un hábito que incita a apretar o rechinar los dientes para descargar tensión de forma inconsciente, incluso mientras dormimos.

Si al despertarse nota cierto dolor en los músculos faciales o ligeras molestias en la cabeza y en el cuello puede que padezca bruxismo.

Se trata de un hábito inconsciente, que es difícil de controlar sin ayuda.
Puede provocar daños importantes en nuestra dentadura: desgastes, dolor dental, destrucción del hueso, problemas de la articulación temporomandibular (artrosis), fracturas del esmalte, fisuras verticales y pérdida de piezas dentales.

La articulación temporomandibular es la articulación que une la mandíbula con el cráneo.
El problema se manifiesta con la aparición de chasquidos, dolor y a veces, el bloqueo de la mandíbula.

Acudiendo al dentista que examinará su articulación temporomandibular, el estado de sus músculos faciales y de las piezas dentales.

El bruxismo está casi siempre ligado con situaciones de estrés, ansiedad, nervios o pequeñas frustraciones cotidianas.
Esta alteración funcional conlleva toda una serie de consecuencias, como el desgaste de los dientes anteriores i las muelas.

Debido a este desgaste hay pacientes que relatan que al despertar-se por la mañana sienten una sensación de arena en la boca; son sus propios dientes desgastadas.

Problemas asociados
Todas las alteraciones en la estructura de diente, como la pérdida de capas de esmalte hacen que los elementos dentales sean mas sensibles a los cambios de temperatura, ácidos, etc...
Hace que nuestros dientes sean mas propensas a tener caries.
Crea zonas retentivas donde se quedan los restos de comida.
Posible pérdida del nervio por desgaste de la superficie dental.
Contracturas i dolores musculares de cabeza y cuello, alteraciones en la articulación temporomandibular (la que se encarga de unir nuestra mandíbula con el cráneo).
Favorece la aparición de la piorrea o periodontitis.

Se debe evitar el hábito de masticar chicle, pues empeora la situación.

Se puede aliviar con el uso de una férula relajante para dormir, que es un aparato removible de acrílico, que su dentista diseña a medida de los dientes superiores y se ajusta a una posición articular fisiológica.
Los dientes opuestos golpean en el plástico creando una mordida muy confortable y atraumática.
De este modo los dientes quedan fijos y protegidos del roce de unos contra otros.

PERIODONTITIS

Las enfermedades periodontales son un conjunto de enfermedades que afectan a los tejidos ( periodonto ) que rodean y sujetan a los dientes en los maxilares.

Son enfermedades de naturaleza inflamatoria y de causa infecciosa ( causadas por bacterias ) que dependiendo de su grado de afectación las denominamos gingivitis, cuando el proceso inflaamatorio solamente afecta al periodonto superficial ( la encía ) y no están afectados los tejidos que sujetan el diente.

Cuando el proceso inflamatorio afecta a los tejidos periodontales profundos, se produce destrucción del hueso y ligamento periodontal que son los tejidos que soportan y sujetan los dientes.
A este grado de afectación lo denominamos periodontitis.

Existen varias fases de la periodontitis desde las fases iniciales a las más avanzadas.
Si la periodontitis no se trata evoluciona destruyendo todo el soporte del diente y con ello el alojamiento y perdida del mismo.
Por tal motivo es importante detectar la periodontitis y tratarla en sus estadios más iniciales.

Existen una serie de síntomas que permiten reconocer esta afección en cualquiera de sus estados:

Gingivitis: Cualquier afectación periodontal comienza en la encía. Ésta pasa de color rosado a rojo intenso, aumenta ligeramente de tamaño, duele levemente y sangra al cepillarse los dientes.
Periodontitis inicial: La encía se retrae, es decir, los dientes parecen más largos. Se pueden apreciar grandes depósitos de sarro en los dientes, sobre todo en la parte frontal inferior.
Periodontitis moderada: Existe una ligera movilidad de los dientes. A veces los dientes se desplazan y se crean espacios entre ellos. Las encías aparecen enrojecidas y sangran con facilidad. La halitosis (mal aliento) y mal sabor de boca son característicos. En ocasiones las bebidas o alimentos muy fríos o muy calientes producen dolor.
Periodontitis avanzada: Todos los síntomas anteriores se acrecientan. Los dientes se mueven en exceso hasta que se terminan por caer. La encía sangra abundantemente y duele, lo que impide al paciente cepillarse correctamente los dientes, hecho que agrava aún más el problema.

La gingivitis además de producir inflamación de la encía y sangrado, sobre todo al cepillarse, en algunos individuos evoluciona a periodontitis, la periodontitis al destruirse el hueso que soporta los dientes en los maxilares provoca movilidad y separación de los dientes.

Con el tiempo los dientes acabarán perdiéndose, bien por la necesidad de extraerlos debido a su inestabilidad o bien por caerse prácticamente solos.

Se debe a unas bacterias que todos tenemos en la boca, alrededor de los dientes, y que si no eliminamos correctamente, ganan acceso al espacio entre el diente y la encía y pueden colonizar este espacio creciendo en número y provocando la reacción inflamatoria y destructiva que define a estas enfermedades.

Las bacterias por si mismas no son capaces de provocar las consecuencias de estas enfermedades, sino que necesitan de un individuo susceptible (predisposición genética ) y un medio ambiente adecuado (factores como tabaco y estrés son factores de riesgo muy importantes en la colonización de estas bacterias).

La gingivitis es una de las enfermedades más frecuentes del ser humano, siendo muy frecuente en todas las edades ( en jóvenes 75% de 20 a 25 años ).

Una parte de las gingivitis, aún en ausencia de tratamiento, no progresan a la destrucción de los tejidos periodontales de soporte dentario ( periodontitis ).

La periodontitis es muy rara en jóvenes y adolescentes ( aproximadamente 1 caso/10.000 ).
Sin embargo su frecuencia aumenta con la edad.

La periodontitis afecta aproximadamente a 80% de la población adulta con más de 35 años.
Por lo tanto, es una enfermedad relativamente frecuente en adultos y su frecuencia aumenta claramente con la edad.

Si el paciente está en buen estado de salud, normalmente no se afecta su estado general, por ser una infección localizada exclusivamente en la boca.

Sin embargo, puede afectar muy negativamente en casos de pacientes con enfermedades sistémicas crónicas tales como diabetes, enfermedades cardíacas, circulatorias, etc.

Igualmente, esta demostrada una clara asociación entre periodontitis y riesgo de infarto de miocardio y riesgo de niños prematuros y de bajo peso en mujeres embarazadas.

Estas infecciones también pueden representar un grave riesgo a pacientes inmunodeprimidos ( pacientes con defensas bajas, tal como ocurre en pacientes en tratamiento de cáncer, pacientes con SIDA, etc.).

En los estados iniciales puede corregirse. Pero tiende a ser un cuadro crónico.

Esto quiere decir que cuando el estado de la enfermedad es avanzado y se ha perdido mucho soporte óseo, lo más que se puede hacer es detener la progresión de la enfermedad para que no vaya a más.
El hueso perdido es difícil de recuperar. No obstante existen técnicas regenerativas que a veces dan muy buen resultado.

Es el dentista quien tiene que valorar si el paciente es susceptible de este tipo de tratamiento.
El tratamiento básico consiste en eliminar la infección existente limpiando a fondo toda la boca, bajo anestesia local. Si el estado es muy avanzado o se requiere regeneración, se precisa una pequeña intervención quirúrgica, también con anestesia local.
El tratamiento puede complementarse con el uso de antibióticos.

El paciente debe ser consciente de su problema y asumir que, tras el tratamiento inicial, al menos una vez al año debe acudir al dentista a realizarse limpiezas de mantenimiento, durante el resto de su vida.
La higiene oral es fundamental para tratar este tipo de problemas. Sólo de este modo se consigue una terapia eficaz.
El tratamiento básico consiste en la limpieza exhaustiva de las encías por medio de un aparato de ultrasonidos, curetas (instrumentos de barrido) y pulidores. Todo esto va encaminado a eliminar toda la placa bacteriana causante del problema. El paciente es capaz de limpiarse la parte de los dientes expuesta en la boca, pero no puede acceder a la parte de diente que se encuentra por debajo de la encía. Esta tarea es la que va a realizar el odontólogo, de modo que tras la limpieza, la in􀃖ación decrece y la encía vuelve a adherirse al diente formando una barrera para que no pasen las bacterias.

El tratamiento básico se realiza por partes. La boca se divide en 4 cuadrantes, cada uno de los cuales se trata en diferentes sesiones. Cada sesión de limpieza se realiza bajo anestesia local, de modo que no duele. Su duración es de unos 45-60 min. Al finalizar la sesión y remitir el efecto anestésico, el paciente refiere muy pocas molestias, y en 3 ó 4 días el estado de las encías mejora asombrosamente.

A partir de este momento será el paciente quien deba mantener la salud de sus encías y acudir a revisiones periódicas cada 4 o 6 meses.
El tratamiento regenerativo, en casos graves, cuando la afectación es muy acusada y se ha prolongado en el tiempo, el paciente ha experimentado una pérdida considerable de hueso. En estos casos, antes de cualquier tratamiento restaurador, es preciso reponer en la medida de lo posible las estructuras perdidas.
Para ello se hace uso de diversos biomateriales: membranas, amelogenina, hueso, etc. Todo ello se combina de manera eficaz para restituir la anatomía perdida.

Combatiendo la placa dental y prevenir enfermedades de los dientes y las encías.

Hilo Dental: Use el hilo dental para remover los gérmenes y partículas de comida entre los dientes. Enjuague.
Forma de sostener el hilo dental.

Para quitar la placa entre los dientes superiores use el hilo moviéndolo de arriba a abajo. Para quitar la placa entre los dientes inferiores use el hilo moviéndolo de arriba a abajo.

* ¡Nota! Introduzca el hilo entre los dientes suavemente. No lo ‘meta de golpe’, esto podría herir las encías.

Cepillo de Dientes: Use cualquier método de cepillar los dientes que le sea más cómodo, pero no los frote con fuerza de un lado a otro. Pequeños movimientos circulares y movimientos cortos de un a otro lado es lo mejor. Enjuage.
Para prevenir las caries, lo que se pone en el cepillo es lo importante.
Use una pasta dental con fluoruro.
El fluoruro protege los dientes contra las caries.

HALITOSIS

El mal aliento o halitosis es un problema común que ha afectado a la humanidad desde tiempos remotos.

En la mayoría de los casos estos malos olores se originan por bacterias de la misma cavidad oral.
Suele afectar a personas que padecen alguna forma de enfermedad periodontal, caries, restauraciones dentales defectuosas, empaquetamiento alimenticio u otras patologías.
En las personas sanas esos malos olores provienen de la parte dorsal de la lengua donde es difícil tener acceso con el cepillo para renovar la superficie lingual en su composición bacteriana.

Como no somos capaces de notar nuestro propio mal aliento, muchas personas no son conscientes de su problema.
Si alguien padece halitosis, lo recomendable es que alguna persona cercana le comente su problema para que reciba tratamiento cuanto antes.

Se han utilizado enjuagues de diversas clases para combatirla, pero mientras no se pueda controlar la causa, estas son solamente acciones temporales paliativas, como el uso de chicles o caramelos.

El único tratamiento efectivo para el mal haliento es eliminar las bacterias responsables.

Se deben tratar la enfermedad periodontal y las caries presentes, e instaurar una correcta medida higiénicas.

ENDODONCIA

La endodoncia es un tratamiento consistente en eliminar el tejido pulpar de la pieza dental y sustituirlo por un relleno inorgánico para garantizar la hermeticidad interna de la pieza.

Limpiar el sistema de conductos radiculares: Bacterias, tejido necrótico, etc. con el fin de dejar el conducto lo más aséptico posible.
Nunca se conseguirá que sea totalmente estéril ya que tratamos solamente el conducto principal de cada raíz y no los numerosos conductos accesorios.

Una correcta obturación con forma y tamaño adecuados: Se da forma cónica de la corona al ápice del diente. Se crea un tope oclusal para que se quede justo a la longitud de trabajo, esto es que el relleno esté ajustado a la longitud de la raíz y, por último, habrá que respetar la morfología original del conducto.

Conseguir el sellado apical y del resto del conducto: Aislándolo del resto del organismo.
Conseguir un cierre biológico: los cementoblastos del muñón periodontal van a producir cemento que cierra el ápice, consiguiendo el éxito de la endodoncia.

La pulpa contiene vasos sanguíneos y nervios. Y puede infectarse por una caries profunda o por una enfermedad periodontal.

Hay que estar alerta cuando una pieza dental comienza a cambiar de color o hay dolor al comer.

También puede ser una señal de alarma sentir molestias al tomar una bebida fría o alguna infusión muy caliente.

Su Odontólogo podrá en la mayoría de las veces, salvar el diente dañado.

Fases:
Diagnóstico - Anestesia - Apertura - Aislamiento - Conductometría - Instrumentación - Obturación - Control

Luego de anestesiar el diente enfermo, se realiza una pequeña apertura para dejar expuesto el canal radicular y la pulpa enferma.
Se remueve el tejido y se ensancha el canal radicular con instrumentos adecuados.
Se realizan irrigaciones para eliminar la infección.

Por último se sella y obtura todo el canal radicular.
Aquí queda concluido el tratamiento de endodoncia, pero el diente necesita ser restaurado en cuanto a su función y apariencia; puede requerir de una obturación estética, reconstrucción o corona (sobre todo en molares).

CANCER DE BOCA

El cáncer de boca es un término general en medicina para cualquier crecimiento maligno localizado en la boca.

Puede aparecer como una lesión primaria del mismo tejido de la cavidad oral, o por metástasis de un sitio de origen distante, o bien por extensión de estructuras anatómicas vecinas, tales como la cavidad nasal o el seno maxilar.

El cáncer que aparece en la cavidad bucal puede tener diversas variedades.
La forma más común de cáncer en la boca es el carcinoma de células escamosas, originado en los tejidos que delimitan la boca y los labios.
El cáncer de boca por lo general está localizado en el tejido de los labios o de la lengua, aunque puede aparecer en el piso de la boca, el revestimiento de las mejillas, las encías o el paladar o techo de la boca.
Bajo un microscopio, la mayoría de los cánceres que se desarrollan en la boca, tienen características similares y son llamadas conjuntamente como carcinoma de células escamosas.

Son de naturaleza maligna y tienden a esparcirse con gran rapidez.

Algunas formas de cáncer en la boca comienzan como una leucoplaquia, es decir, lesiones blanquecinas, o lesiones enrojecidas (eritroplaquia) que no se alivian y que han estado presentes por más de 14 días.

Las lesiones o úlceras pueden aparecer:
En la lengua, labio o cualquier otra área de la boca.
Usualmente de pequeño tamaño de color pálido aunque pueden ser oscuras o descoloradas, inicialmente sin dolor, con una sensación quemante o dolorosa en estadios avanzados.
Otros síntomas que pueden verse asociados con esta enfermedad, incluyen:
- Problemas inusuales en la lengua.
- Dificultad para tragar.
- Dolor y parestesia, característicamente como signos tardíos.

Usualmente se recomienda la escisión del tumor, si es de pequeño tamaño y si la cirugía tendrá un resultado funcional satisfactorio.

La terapia con radiación se usa con frecuencia en conjunto con la cirugía, o como un tratamiento radical definitivo, especialmente si el tumor es inoperable.
Debido a la naturaleza vital de las estructuras de la cabeza y cuello, las operaciones de tumores de mayor tamaño puede ser técnicamente exhaustivo.
La cirugía de reconstrucción puede ser requerida para completar los resultados funcionales y cosméticos comprometidos por razón de una terapia invasiva.

Por lo general incluyen transplantes de hueso, y de piel, por lo general del antebrazo, para ayudar a reconstruir las estructuras removidas durante la remoción del cáncer.

Los índices de supervivencia del cáncer oral dependen del sitio preciso y el estado del cáncer para el momento del diagnóstico.

Generalmente la supervivencia se sitúa cerca de los 5 años cuando se consideran todos los estadíos de diagnóstico iniciales.
La supervivencia del estadío 1 se acerca al 90%, por lo que se amerita un énfasis en la detección temprana para mejorar los pronósticos de vida del paciente.

CARIES

La caries es una enfermedad destructiva de las estructuras del diente y es también una de las enfermedades más frecuentes de la especie humana.

En el desarrollo de la caries in􀃖uyen tres factores de riesgo:

Los azúcares de la dieta.
Las bacterias de la boca.
La existencia de dientes susceptibles o predispuestos.

Además, se necesita la colaboración de un cuarto factor, el tiempo, que es indispensable para que los otros factores actúen.

Como decíamos, para que se desarrolle la caries se necesita el factor tiempo, por lo que cuanta más edad tenga un niño, más probabilidades tendrá de presentar caries.

No obstante, en la dentición temporal o de leche, puede desarrollarse un tipo de caries particularmente extensa, que afecta prácticamente a todos los incisivos (o paletos) y que suele presentarse en niños alimentados durante largo tiempo con biberón o bien por el uso de chupetes mojados en miel o azúcar.

Inicialmente, la lesión se mani􀃕esta como un cambio de color (oscuro o blanquecino) en el esmalte del diente.

Cuando la lesión progresa, aparece pérdida de sustancia y socavación del esmalte, lo cual da un aspecto de mancha grisácea. Finalmente, el esmalte se rompe y la lesión se hace fácilmente detectable.
Cuando la caries afecta sólo al esmalte, no produce dolor. Si la lesión avanza y llega al tejido interior del diente, es cuando aparece el dolor, que a veces es intenso y se desencadena al tomar bebidas frías o calientes.

A medida que la infección progresa, se produce el paso a los tejidos blandos que rodean el diente, apareciendo el 􀃖emón que buscará salida hacia el exterior a través de la encía.

El tratamiento debe ser aplicado por el odontólogo o el estomatólogo y se basa en tres puntos básicos:

El control de la infección.
La remineralización de los tejidos.
El tratamiento de las complicaciones.

Hemos visto cómo en el desarrollo de la caries influyen varios factores.
Algunos de ellos no se pueden modi􀃕car (como la susceptibilidad individual), pero sobre otros sí se puede actuar.

Existen diversas medidas preventivas que vamos a tratar de exponer.
En cualquier caso, conviene tener presente que el mejor tratamiento es la prevención, y que ésta debe empezar a aplicarse desde los primeros meses de vida de los niños.

Medidas dietéticas. Tienen como misión disminuir la materia prima (azúcares) sobre la que actúan las bacterias. Las medidas a aplicar incluyen:

-Disminuir la frecuencia de exposición a azúcares, en lugar de reducir la cantidad total de los mismos.
-Evitar alimentos que se peguen a los dientes (chicles, caramelos blandos, etc.), por su permanencia prolongada en las super􀃕cies masticatorias.
-Evitar el uso de sacarosa. Utilizar, en su lugar, xilitol y sorbitol que desarrollan una fluora bacteriana con menor capacidad de producir caries.
-En los lactantes, evitar el contacto prolongado de los dientes con la tetina de los biberones (no más de 15-20 minutos por toma). Evitar biberones nocturnos o en la siesta.
-No endulzar chupetes con miel o con azúcar y no ofrecer zumos de frutas en biberón.
-Promover la ingesta de alimentos ricos en fibra (manzana, zanahorias, etc.). Higiene dental. Los padres han de asumir la responsabilidad de la higiene bucal hasta que el niño adquiera su􀃕ciente destreza.
Se emplearán dos técnicas:

-Cepillado dental. Debe iniciarse tan pronto como aparezcan los primeros dientes. Se utilizará un cepillo dental apropiado para niños y se seguirá una técnica correcta. No es recomendable emplear pasta dental 􀃖uorada en menores de 5-6 años, por la tendencia a tragarla que tienen los niños a esas edades.
-Hilo dental. Es útil para eliminar la placa interdental. Fluoración. Es la medida más e􀃕caz en la lucha contra la caries. El 􀃖úor se almacena en los dientes desde antes de su erupción y aumenta la resistencia del esmalte, remineraliza las lesiones incipientes y contrarresta la acción de los microorganismos responsables de la caries.

El flúor se administra de dos formas:
-Vía general: Fluoración del agua de consumo. Es el método más e􀃕caz, barato e inocuo. Produce una disminución de la incidencia de caries de hasta el 50%. Es lo que recomienda la OMS. Suplementación individual. Es segundo mejor método, después de la fluoración del agua de consumo. Las dosis que se deben emplear dependen del flúor del agua potable y de la edad de cada niño. Los suplementos se recomiendan desde los 0-6 meses de edad hasta los 13-16 años.
- Vía local: el 􀃖úor local o tópico es compatible con suplementos 􀃖uorados a partir de los 5-6 años de edad. Además de los dentífricos fluorados, se dispone de colutorios para uso diario o semanal. Dado que existen múltiples formas de administrar 􀃖úor a los niños, es conveniente consultar con el pediatra cuál debe ser la mejor opción para cada niño.

Resinas y selladuras. Aplicadas por profesionales, son la medida más e􀃕caz para evitar las caries de fositas y fisuras de las super􀃕cies de oclusión. Aquí podemos incluir también las fluoraciones aplicadas en las consultas de odontólogos y estomatólogos.

ODONTOPEDIATRÍA

La odontopediatría es la rama de la odontología encargada de tratar a los niños.

El odontopediatra será, por tanto, el encargado de explorar y tratar al paciente. También se encarga de detectar posibles anomalías en la posición de los maxilares o dientes para remitir al ortodoncista, especialista en ortodoncia, y de hacer un tratamiento restaurador en caso de necesitarlo.

El tratamiento restaurador principalmente se compone de tratar los traumatismos, usar selladores, que consiste en obturar levemente los surcos y fisuras de las piezas dentales sin apenas quitar material dental para evitar posibles caries, y en tratar las caries producidas y sus consecuencias.

La principal diferencia entre la odontología habitual y la odontopediatría en el tratamiento de caries es la presencia de los dientes temporales o de leche en los niños lo cual hace que el tratamiento cambie, de forma que las lesiones ocurridas en la dentición temporal se tratarán de una manera menos conservadora y más agresiva que las ocurridas en los dientes permanentes, para evitar que, en el peor de los casos, se pudiera dar un tratamiento insuficiente a un diente temporal que luego repercutiría en su sucesor el diente permanente.

Selladores para frenar a la caries: Son resinas que se aplican sobre las caras masticatorias de los dientes.

Disminuyen la probabilidad de padecer caries en los dientes sobre los que se colocan.
Actúan como barreras de protección, evitan que los restos de alimentos se alojen en los relieves de los dientes.
Convierten las caras masticatorias de las piezas dentales en superficies lisas y fáciles de limpiar.
Suelen aplicarse en niños de 6 a 7 años, cuando los dientes definitivos comienzan a salir.

Aunque el sellador facilita la limpieza, no se debe descuidar el cepillado, si no se efectúa una correcta higiene puede surgir una caries cerca del sellador.
La colocación de los selladores no daña el esmalte, no requiere anestesia, el dentista cepilla la pieza y la pincela con una crema, que endurece al aplicarle una luz especial.
Los selladores duran bastante tiempo, pero es necesario el control periódico del dentista para controlar su estado.

Bases y forros cavitarios: Para la base o el fondo de la cavidad se usan hidróxido de calcio, óxido de zinc eugenol que es una sustancia antibacteriana que forma dentina secundaria, ionómero de vidrio que libera flúor y, antes se usaba, cemento policarboxilato y fosfato de zinc que ya no se utilizan por ser muy tóxicos.

La base cavitaria ocupará décimas de milímetros de la cavidad total realizada.
Materiales temporales: Son materiales utilizados durante un tiempo limitado hasta que el material permanente está disponible.
Son: ionómeros, amalgama de plata, cemento de fostato de zinc y óxido de zinc eugenol.

Materiales de􀃕nitivos: son los materiales que usaremos en las obturaciones de􀃕nitivas.

La amalgama de plata: El único que podemos usar en condiciones inadecuadas como puede ser un diente difícil o di􀃕cultad para aislarlo.

El flúor: Cuida nuestro esmalte

ORTODONCIA

La Ortodoncia es una rama de la Odontología, que se especializa en el diagnóstico, prevención, y tratamiento de las irregularidades dentofaciales o mal oclusión (mala mordida ).

Persigue la perfecta colocación de los dientes, con sus beneficios estéticos y de salud, así como la normal coordinación de los maxilares, consiguiendo una armonía facial.

Dientes sanos que funcionan bien, y una cara equilibrada que agrada al que la contempla, repercuten en la autoestima del paciente, y en su aceptación social.

Para corregir una mala correspondencia entre la arcada dentaria inferior con la superior y/o un anómalo alineamiento de los dientes.
Los casos más frecuentes que necesitan de tratamiento de Ortodoncia son:

Dientes apiñados o superpuestos
Sobremordidas o submordidas
Mordidas abierta (cierran dientes posteriores pero no los anteriores)
Mucho o poco espacio entre dientes
Dientes de más o ausentes

Es una técnica que cada vez se utiliza más, dado el actual interés por la promoción de la salud de nuestros hijos.

Cada vez es solicitada a edades más tempranas.

Las fuerzas aplicadas para mover los dientes son muy suaves, por lo que pasados los primeros días no notará nada en especial.

Si totalmente. Los aparatos de Ortodoncia no interferirán en sus actividades habituales.

Se deben seguir algunas recomendaciones a la hora de comer o de cepillarse los dientes.
No cambiarán su forma de hablar, pudiendo mantener su actividad profesional y sus relaciones sociales sin interferencia alguna.

Todos los tratamientos requieren de un mantenimiento adecuado.

Con ayuda de retenedores linguales 􀃕jos o retenedores removibles, los resultados obtenidos podrán ser estables, siendo una inversión para toda la vida.

Se emplea en niños y adolescentes porque están en pleno crecimiento del esqueleto y con recambio dentario, pudiéndose por ello actuar sobre ambas estructuras.
Una vez terminado el crecimiento, sólo se puede actuar sobre los dientes. En las mujeres se considera el fín del crecimiento cráneofacial a los quince años y en los varones a los diecinueve años.

Aunque se puede emplear a cualquier edad, la ortodoncia es capaz de corregir la mala posición de los dientes para conseguir una boca saludable.
Una bonita sonrisa ilumina el rostro y los hace más atractivo.
El hueso de los maxilares, aunque sea muy duro, es también muy 􀃖exible. El proceso biológico implicado en el movimiento dental es el mismo a cualquier edad, por lo que los dientes pueden moverse tanto a los 20 como a los 60 años.

No se trata únicamente de coquetería, también es cuestión de salud.
Una malposición de los dientes puede favorecer la aparición de otros problemas como caries, enfermedad periodontal (encías) o problemas articulares.

La espectacular mejoría estética de los aparatos fijos de Ortodoncia (brackets) permite que hoy en día, los adultos de cualquier edad, descontentos con la apariencia y/o el funcionamiento de su boca (dientes amontonados, espacios entre los dientes, dientes salidos, etc.) dejen de sentirse limitados y acepten con normalidad la Ortodoncia.

Los brackets de cerámica, parecidos al esmalte de los dientes y sin metal visible, pasan casi desapercibidos para las demás personas, y satisfacen a la mayoría de los adultos.

Es difícil establecer a que edad un niño necesita tratamiento de Ortodoncia.

Si tenemos en cuenta que los niños entre 7 y 12 años están en periodo de cambiar dientes (exfoliar diente temporal o de leche para la llegada del permanente o de􀃕nitivo), es recomendable una evaluación clínica y radiográ􀃕ca alrededor de los 7 años para comenzar a observar y controlar el correcto crecimiento dentofacial durante este período.

En ocasiones, cuando existen problemas evidentes puede ser recomendable visitar a los niños antes de los 7 años para poder realizar un tratamiento precoz.
Así pues, en algunos pacientes intervendremos pronto -tratamiento precoz – obteniéndose a menudo resultados inalcanzables sólo con Ortodoncia una vez terminado el crecimiento esquelético, mientras que en otros, aunque el problema sea manifiesto, recomendaremos esperar revisando periódicamente a los niños mientras erupcionan los dientes y se desarrollan los huesos de la cara.

En adultos se puede iniciar el tratamiento a cualquier edad.

Es difícil valorar exactamente los problemas a futuro, pero normalmente las alteraciones que tenga seguramente se agravarán con el paso del tiempo, especialmente en un niño o adolescente, no debemos olvidar que está en desarrollo y crecerán también los problemas dento-faciales.

Es conveniente tratarlo por dos aspectos fundamentales:
Si se detecta y trata a tiempo la anomalía, será tratada más fácilmente, reduciendo molestias, tiempo y coste.

Podríamos evitar un tratamiento óseo mas complejo (maxilofacial), evitando posibles anomalías en los huesos, que se verían reflejadas en el aspecto de la cara.

Ortopédicos: son elementos que actúan modificando el patrón de crecimiento de los huesos.

Entre ellos contamos con las máscaras faciales y las mentoneras.
Funcionales: estos dispositivos modifican las fuerzas que actúan sobre los dientes desde los tejidos peridentarios (la lengua, los labios, etc.). Son útiles con esta finalidad los expansores del paladar y la rejilla lingual.

Ortodóncicos: son medios que modifican la posición de los dientes en las arcadas dentarias.
Se usan los “brackets” (son pequeños soportes cuadrangulares coordinados por un arco de alambre), a los que se le puede añadir cualquier otro artilugio (muelle, ligadura elástica, etc.).

En esta categoría tenemos 3 tipos de Ortodoncia:
- Convencional
- Estética
- Invisible

ESTÉTICA

La Estética Dental, como su nombre lo sugiere, cubre todo aquello que tenga que ver con la belleza, la estética, o el embellecimiento de sus dientes, en sus muy distintas formas y posibilidades.

La sonrisa es uno de los factores estéticos más importantes, inherentes a la persona.

Una sonrisa bonita y atractiva ofrece una imagen positiva y estimula al individuo a sonreír con tranquilidad y naturalidad.

Una boca ordenada, sana y armónica da seguridad en uno mismo.

Las coronas o fundas de porcelana son, como su propio nombre indica, un recubrimiento total del diente que simula toda la anatomía coronaria.

Su espesor oscila entre 1-1,8 mm. Se pueden confeccionar solamente con porcelana, o bien con un núcleo de otro material para darle más consistencia, como metal o más recientemente el zirconio.

Indicaciones:

Se emplean cuando se ha perdido una gran cantidad de tejido dentario, por ejemplo tras una gran caries o un traumatismo, ya que la retención de una carilla o un empaste resultaría muy difícil debido a la gran pérdida de tejido dentario.
También se emplean en casos de dientes endodonciados, para dar consistencia a todo el diente y evitar posibles fracturas, ya que los dientes endodonciados se debilitan con el paso del tiempo.

Contraindicaciones:
Prácticamente cualquier paciente puede llevar coronas, a excepción de aquellos que:

- Presenten problemas de encías en estado avanzado
- Que el diente tenga algún problema que limite su conservación en la boca
- Tengan excesiva movilidad dental.

CORONAS O CARILLAS DE PORCELANA Las carillas de porcelana, también llamadas facetas de porcelana, son unas láminas de cerámica de grosor variable que cubren la cara frontal del diente, generalmente empleadas en el sector anterior, cuya ellas podemos modificar la forma del diente, ligeras malposiciones, y el color.

Es un tratamiento irreversible.

El gran desarrollo de las carillas de porcelana se debe a dos avances importantes:
- La posibilidad de grabar la cara interna de la carilla con un ácido y la posibilidad de usar cementos de resina que se adhieren al diente a través del esmalte grabado. Con la unión de ambos factores las carillas sufren un gran impulso que las sitúa en la actualidad como el tratamiento de elección en situaciones de estética comprometida.
Ventajas de las carillas de porcelana:

- Estética - Durabilidad - Tolerancia gingival - Dureza parecida a la del esmalte - Estabilidad del color

Desventajas de las carillas de porcelana:
- Mayor reducción dentaria - Fragilidad - Coste

CARILLAS DE COMPOSITE

Esta técnica es conservadora porque la preparación es mínima, se emplea para casos clínicos que presentan alteraciones en la superficie vestibular del elemento dentario, resolviéndose con un sistema de resinas compuestas fotopolimerizables de forma directa, en una sola sesión y directamente en clínica no precisando fase de laboratorio por lo que el coste es menor.
Es además necesario tener el conocimiento científico y artístico para lograr el éxito en este tipo de restauraciones.

La principal duda que se nos plantea, es su duración, ya que, la resina compuesta es susceptible de decoloración, lo que disminuye el resultado estético a largo plazo.
Se deben realizar controles periódicos clínicos-radiográficos y se recomienda un pulido anual de mantenimiento.
Indicaciones de la carillas de composite:

- Fractura diente, adyacente composite
- Alteración de color, el cual no responde a las técnicas de blanqueamiento
- Alteraciones de la forma: laterales conoides, hipoplasias ...
- Dientes con múltiples restauraciones.
- Transformaciones de laterales en centrales ...
- Alineamiento
- Grandes abrasiones, erosiones ...
- Cierre de diastemas (espacio entre los dientes)
- Provisionales
- Pacientes jóvenes
- Mock-up (sin grabar)

Contraindicaciones de las carillas composite:
- Dientes muy oscuros
- Hábitos parafuncionales
- Dientes excesivamente rotados
- Dientes con poco esmalte

Ventajas de las carillas de composite:
- Tratamiento normalmente rápido, seguro y eficaz
- Modificas color, tamaño y posición en una sola cita
- Tratamiento reversible
- No necesitas del laboratorio, menor coste
- Técnica más conservadora, preparación mínima o inexistente
- No son necesarias impresiones

Desventajas de las carillas de composite:
- Menor resistencia que el esmalte
- Son vulnerables a la degradación y al cambio de color
- Exige habilidad técnica y capacidad artística para reproducir el contorno, la forma y la textura superficial
- Porosidades e irregularidades
- Poca capacidad para ocultar la superficie oscura del diente preparado
- Requieren cada cierto tiempo de un pulido.

FUNDAS DE ZIRCONIO

El principal beneficio es puramente estético, puesto que la ausencia de aleaciones de metal en las piezas permite obtener una mayor naturalidad respecto a las prótesis tradicionales.
El Zirconio como base para estructuras de cerámica cumple perfectamente todos los requisitos, material biocompatible, de alta resistencia y de resultados estéticos admirables, se ha convertido en la técnica de elección para la realización de prótesis fijas de cerámica.

El color de los dientes viene marcado por factores genéticos, pero el transcurso del tiempo y otros factores tanto intrínsecos como extrínsecos pueden variar su tonalidad, actualmente disponemos de técnicas cosméticas que nos permiten cambiar el color de los dientes dándoles el brillo y la blancura que nos permitirán tener una agradable y bella sonrisa.

Las coronas están confeccionadas de un material tan resistente que a veces pueden durar incluso más de 50 años.

No obstante, debido al desgaste natural que produce la masticación, a veces pierden la forma o el brillo.

En estos casos y si el paciente lo desea, se extrae la corona y se vuelve a colocar una nueva.

SEDACIONES CONSCIENTES Y ANESTESIA LOCAL

Sedación consciente

Entendemos por sedación consciente el estado en que aun permaneciendo deprimido en nivel de conciencia se preservan los reflejos protectores, se mantiene el control de la respiración y la respuesta a estímulos verbales o táctiles.
Es un estado médico controlado de depresión de la conciencia que permite mantener todos los reflejos de defensa de la vía aérea, el paciente conserva su habilidad de tener su vía aérea libre en forma independiente y continua, permite una adecuada respuesta al estímulo físico o verbal, hay respuesta a órdenes verbales. Es decir, el paciente está tranquilo, no dormido.

Anestesia local

Se usa para anular o disminuir la transmisión nerviosa, para troncos nerviosos ruesos se urasá una concentración de anestésico mayor, se anestesiará por difusión, nunca en troncos nerviosos gruesos, para hueso, por ejemplo en el maxilar superior.
La anestesia generalmente va unida a un vasoconstrictor para aumentar su efecto y disminuir la hemorragia.

Tipos de anestesia local:
Tipo ester: benzocaína, anestésico tópico.
Tipo amida: lidocaína, prilocaína, mepivacaina, bupivacaína y articaína son los más usados.

Se metabolizan en el hígado y se eliminan por vía renal.

Duración:
La anestesia pulpar dura 30-40 minutos y la de tejidos blandos 2 horas.

Principales características y ventajas:
Reversible - Toxicidad sistémica y local baja - Inicio rápido, de 2 a 10 minutos - Duración larga - Potente - Sin acciones adversas - Fácilmente esterilizable

Estable: metabolismo y eliminación rápida

Mediante la sedación consciente se elimina la ansiedad o el miedo generado por la visita al dentista.

Además, el paciente entra en un estado de relajación y somnolencia, pero sin perder la facultad de responder a las órdenes del odontólogo, ya que no se trata de una anestesia general.

En resumen, la presencia de un anestesiólogo que realice una sedación consciente es la manera más confortable y segura de recibir su tratamiento dental, tanto para el paciente como para el odontólogo.
Se administra a través de una vena de la mano que se canaliza al inicio de la sesión.
Una vez acabada la sesión mediante otros fármacos se eliminan rápidamente los efectos de la sedación para que el paciente pueda volver a su casa en perfecto estado, acompañado de un familiar o amigo.

Está indicada en personas con miedo o fobia a los procedimientos dentales, en personas ansiosas o para todo aquel que quiera un grado de confort extra en su visita al dentista.
Otra indicación importante son los tratamientos de larga duración en una única sesión de varias horas, ya que con este método se pueden realizar con una excelente tolerancia por parte del paciente.

Especialmente indicado para:
- Pacientes con MIEDO, FOBIA y/o ANSIEDAD
- Pacientes con DIENTES MUY SENSIBLES AL DOLOR
- Pacientes con POCA DISPONIBILIDAD DE TIEMPO
- Pacientes con PROBLEMAS COMPLEJOS

EXTRACCIONES

Cuando no existe ninguna posibilidad de tratamiento conservador de un diente, es necesario recurrir a su extracción.

La causa más frecuente por la que debe ser extraído un diente es la destrucción por caries, y es un segundo lugar la causante es la enfermedad periodontal (la piorrea).
Sin embargo, existen otras situaciones en las que es precisa la extracción de un diente, aunque son menos frecuentes que las dos anteriores:
Dientes fracturados: Cuando se produce un traumatismo en la cara puede ocurrir que alguno de nuestros dientes sean afectados. Si esta fractura o rotura se produce en la raíz, por debajo de la encía, no es posible restaurar el diente o muela, por lo que hay que extraerla.

Extracción de dientes sanos para realizar tratamientos de ortodoncia.

Ante una malposición de los dientes que necesiten ser alineados mediante un tratamiento ortodóncico, puede ocurrir que haya una importante falta de espacio. En estos casos la única manera de conseguir espacio suficiente para la correcta colocación de nuestros dientes es la extracción de alguna pieza dental, generalmente los primeros premolares.

Extracción de dientes para facilitar la construcción de una prótesis.

Un diente o muela en una malposición puede dificultar la colocación de una prótesis para poder rehabilitar los maxilares. Dientes temporales retenidos. Si los dientes deciduos o “de leche” no se recambian a su debido tiempo, pueden provocar una alteración en la posición o erupción de los dientes definitivos, por lo que deben ser extraídos.

Dientes incluidos (no erupcionados).

Los dientes incluidos son dientes que no han erupcionados durante su período normal de erupción. En estos casos debemos descartar cualquier tipo de patología y realizar una radiografía panorámica para poder determinar la causa en este retraso de la erupción.
Las inclusiones más frecuentes son las de los cordales (muelas del juicio) superiores o inferiores y la de los caninos (colmillos), sobre todo en el maxilar superior.

Fumar - Corazón o enfermedad sanguínea - Presión arterial alta - Alcoholismo - Mala nutrición

Uso de algunos medicamentos con y sin receta; informe a su doctor de cualquier medicamento o suplemento que esté usando o haya usado en el último mes.

Si el diente está impactado, el dentista quitará la encía encimada y el tejido óseo para descubrir el diente.

Usando fórceps, el dentista sujetará el diente y suavemente lo girará hacia atrás y delante.
Esta acción libera el diente del hueso alveolar (mandibular) y rompe los ligamentos que sujetan al diente en su lugar.

El diente se jala y normalmente se forma un coágulo de sangre en la fosa vacía.
El dentista pone una esponja de gasa en la fosa.
Ocasionalmente el dentista colocará unos pocos puntos cerca de los bordes de la encía.

La anestesia impide el dolor durante el procedimiento, pero puede sentir algún dolor en su mandíbula una vez que la anestesia pase su efecto.

Con frecuencia las extracciones son temidas por el paciente incluso más que otras intervenciones quirúrgicas no relacionadas con la boca.
El avance de las modernas técnicas de anestesia local hace que en la actualidad las extracciones puedan ser realizadas sin ningún tipo de dolor y con el menor grado de molestia para el paciente.

Por otro lado, si hay cierto grado de miedo a la intervención existen una gran variedad de fármacos que permiten que el paciente esté relajado durante el acto operatorio y no esté en tensión o con nerviosismo.

En las primeras 24 horas después de la extracción, espere algo de hinchazón y sangrado residual.

El período de curación inicial normalmente toma entre 1 y 2 semanas.
Crecerá nuevo tejido de encía y hueso en el hueco.
Tener un diente flojo puede llevar a desplazar los dientes, morder de forma inadecuada o a dificultad al masticar.

Su dentista puede intentar restaurar el área con un implante, puente fijo o dentadura postiza.

CONSEJOS DE HIGIENE DENTAL

La higiene dental nos permitirá prevenir enfermedades en las encías y evitará en gran medida la caries.

Pero una higiene dental se debe realizar de la forma y con las herramientas adecuadas.

Además, se deberá dedicar el debido tiempo para que sea efectiva.

Lo ideal es cepillarse los dientes después de cada comida (desayuno, almuerzo y cena).

Es imprescindible hacerlo a fondo al menos una vez al día.
La producción de saliva y los movimientos linguales contribuyen a remover la placa bacteriana de las super􀃕cies bucales durante la vigilia.

Durante el sueño disminuyen la producción de saliva y los movimientos linguales, por lo que se favorece la formación de placa bacteriana si no se ha realizado una buena higiene dental.

Así, nunca podemos olvidarnos de lavar los dientes antes de acostarnos y en caso de que sólo podamos limpiar los dientes una vez al día, en este momento será imprescindible.

Para limpiarnos los dientes necesitamos:

El cepillo de dientes. Debe tener un cabezal redondeado y pequeño para llegar fácilmente a todos los dientes. Sus filamentos han de ser suaves y de puntas redondeadas para evitar lesiones en las encías. Si con el uso se desgastan o se tuercen no limpiarán bien, por lo que debemos sustituir este cepillo por uno nuevo. Se calcula que los cepillos duran unos tres meses en óptimas condiciones.

La pasta de dientes o dentífrico. Contribuye a dejarnos una mayor sensación de limpieza. Se presentan en forma de pasta o geles más o menos líquidos. Incorporan agentes detergentes, y casi todos llevan agentes saborizantes. Con esta composición su uso nos facilita la limpieza dental y nos deja una agradable sensación a limpio.
Actualmente, y visto el papel tan claro que el flúor tiene en la prevención de la caries dental, es deseable que los dentífricos incorporen flúor en su fórmula ya que éste tiene una clara función en la protección frente a la caries.
Existen en el mercado pastas especiales para tratar la sensibilidad dental que incorporan nitrato potásico.

La seda dental. No es más que un hilo de seda, en forma de cinta o cordoncillo, encerada o no, cuyo uso asegura la limpieza de las caras laterales de los dientes. Para usarla correctamente deben seguirse una serie de pasos que pueden parecer complicados, pero que en la práctica son muy sencillos y que veremos a continuación.

Los cepillos interproximales. Se usan cuando existe espacio entre los dientes, bien porque se haya perdido alguna pieza o bien por pérdidas de la alineación o por rotaciones dentarias. En este caso, se usan en sustitución de la seda dental para asegurar la limpieza de las caras laterales de los dientes.

El cepillado de dientes remueve la placa bacteriana (película delgada, pequeña, pegajosa e incolora que contiene bacterias dañinas y que constantemente se depositan forman en los dientes), y las partículas de alimento, de las superficies más profundas de los dientes.

Consulte a su Dentista para que le recomiende un buen cepillo de dientes.
Para uso general, un cepillo de cerdas suaves y con terminación curva es aconsejado, ya que permite no dañar los tejidos de la encía.

El tamaño y forma del cepillo, permiten llegar a cada uno de los dientes. Los cepillos de dientes para niños son distintos de aquellos utilizados por adultos.
Existen un número variado de métodos de cepillado, todos ellos aceptables. Cualquier método utilizado, lleva su tiempo y debe efectuarse también utilizando una pasta dentífrica que contenga flúor.
Este cepillado debe efectuarse dos veces por día. El siguiente es un método efectivo para remover la placa:

Apoye el centro del cepillo de dientes sobre sus dientes con las cerdas formando un ángulo de 45° con respecto a la línea de la encía. Mueva el cepillo hacia atrás y adelante en movimientos pequeños (que no exceda más de ½ diente) durante varias veces. Cepille la superficie exterior de cada diente, hacia arriba y abajo, manteniendo siempre el ángulo indicado con la línea de la encía.
Utilice el mismo método en la superficie interna de los dientes.
Cepille las superficies de masticado de los dientes.

Para limpiar las superficies internas de los dientes frontales, coloque el cepillo verticalmente y efectúe movimientos ascendentes y descendentes con la parte frontal del cepillo.

Si cepilla también la lengua, refrescará su respiración y limpiará su boca removiendo las placas.
Cepillos de dientes desgastados no pueden efectuar una buena limpieza de dientes y pueden lastimar la encía. Por lo general, los cepillos de dientes deben cambiarse cada 3 ó 4 meses.
Cepille con movimientos pequeños y ejerciendo suficiente presión de manera de poder sentir las cerdas del cepillo sobre las encías. Las puntas del cepillo son las que se encargan de efectuar la limpieza.

Recuerde cambiar la posición del cepillo de dientes con frecuencia, moviendo lentamente sobre toda la superficie de cada uno de los dientes.

El cepillo de dientes puede limpiar sólo 1 ó 2 dientes por vez. Las encías pueden lastimarse en caso de utilizar un cepillo de cerda dura. Asegúrese de limpiar sus dientes por lo menos 2 veces por día, o cuantas veces recomiende su Dentista.

Los niños deben lavarse los dientes colocando en el cepillo un poquito de pasta dentífrica con flúor, por lo menos dos veces por día.

PRÓTESIS

Una prótesis dental, es un elemento artificial destinado a restaurar la anatomía de una o varias piezas dentarias, restaurando también la relación entre los maxilares, a la vez que devuelve la dimensión vertical, y repone tanto la dentición natural como las estructuras periodontales.

El encargado de diseñar, elaborar y fabricar estos aparatos o elementos artificiales, es el protésico dental, quien realiza su trabajo en un laboratorio dental recibiendo las indicaciones del odontólogo, que trabaja en clínica.

La sola funcionalidad de la prótesis ya significa calidad de vida y por tanto salud para el paciente, pero además de esto, otro objetivo fundamental es evitar que el resto de las estructuras dentarias del aparato masticador sufran deterioros, puesto que las prótesis reparan incluso la dimensión vertical de la boca, evitando así mal posiciones articulares que tendrían efectos muy dispares.

Cuando una boca carece de la totalidad o parcialidad de las piezas dentarias, las diferentes estructuras que componen dicha cavidad oral se van adaptando a la nueva situación, lo que producirá posibles situaciones inadecuadas para la salud de los dientes o para la salud oral en general.

Las prótesis dentales tienen en cuenta las fuerzas oclusales o masticatorias, que son las presiones que se realizan durante la masticación de alimentos, para que esta presión esté repartida y equilibrada, evitando así el sufrimiento mecánico de la boca y futuros problemas desencadenados.

Tal vez podría decirse que en la sociedad actual, como en tiempos pasados, la estética se busca por necesidad y por ello, ya sea una necesidad impuesta o autoimpuesta, la estética y buena apariencia, se convertirá en otro objetivo más para las prótesis.

Cuando se habla de estética en este campo, puede aparecer el error de relacionar lo mejor y más bello con lo más perfecto, dentaduras blancas, dientes alineados a la perfección y sin ningún tipo de desgaste, etc., no obstante, el objetivo prótesico será conseguir una dentadura de aspecto estético, pero no tan perfecto como sí natural, teniendo en cuenta la edad del paciente, sexo del paciente, morfología facial del paciente, tamaño de la cara y la propia dentadura del paciente.

Los dientes deberán colocarse del mismo color y forma que las piezas naturales, sobre todo si el paciente conserva parcialmente su dentadura.
Estéticamente, una dentadura completa y sana es importante, sin embargo, las prótesis no se limitan a restaurar las dentaduras, sino que también restauran la dimensión vertical de la boca y el aspecto global de la cara.

A la hora de confeccionar una prótesis, deberá tenerse en cuenta la línea media (que permite saber dónde va el primer central), la línea de sonrisa (que permite establecer la longitud de los dientes), y la línea de los caninos (que permitirá determinar la amplitud del grupo anterior).

Las prótesis pueden ser:

Dentosoportadas :
Aquellas que son soportadas por los dientes pilares, o remanentes, del paciente, que son dientes naturales que este aún conserva. Los dientes pueden conservar íntegramente su estructura, o pueden ser (en la gran mayoría de los casos) dientes previamente tallados por el odontólogo.

Prótesis fijas:
El odontólogo talla los dientes que servirán como soporte, denominados dientes pilares y situados en los extremos de cada zona edéntula (sin dientes), en los cuales irán cementadas las prótesis fijas cuidadosamente ajustadas. Para ello en clínica, el odontólogo toma impresiones y registros de mordida que posteriormente enviará al laboratorio donde el protésico vacía, o positiva, las impresiones en yeso, y confecciona sobre los modelos resultantes las estructuras de la prótesis fija con cera. Estos encerados se incluirán en revestimientos especiales resistentes a altas temperaturas, y se procede al colado en metal con distintas aleaciones. El último paso podría ser montar la cerámica sobre las estructuras metálicas, dependiendo del tipo de prótesis fija a realizar, ya que también existe la posibilidad de realizar las coronas y puentes en porcelana pura (sin metal) o sobre una base de un material blanco llamado alúmina o zirconio. Se realizarán varías pruebas en boca, y tras conseguir los tres objetivos esenciales de una prótesis, el odontólogo cementará en boca el resultado, sin que este pueda ser retirado por el paciente.

Corona:
Una corona es una restauración individual para una pieza dentaria (o diente) en concreto. En ocasiones son también llamadas “fundas”, sobre todo por el paciente, que no las ve como una prótesis en sí. Esto es así, porque en realidad, las coronas se colocan sobre el diente natural del paciente, que habrá sido previamente tallado, y como si de una funda se tratara.
Como en toda prótesis fija, los dientes se realizan artesanalmente, personificados para cada paciente y ciñéndose a las necesidades de su anatomía dentobucal.

Mucosoportadas:
Aquellas que se soportan sobre el proceso alveolar, en contacto con la encía que es un tejido fibromucoso. Las prótesis completamente mucosoportadas son las típicas “dentaduras postizas”. Las prótesis removibles de resina, agrupan aquellas que son realizadas con resina acrílica (u otros plásticos), y que pueden ser colocadas y extraídas por el paciente. La elaboración de estas prótesis dentales ha de atender tanto a criterios funcionales como estéticos, y debemos invitar al paciente a la realización de una higiene cuidada, tanto de la cavidad oral como de la prótesis, que debe ser extraída para su limpieza.

Prótesis removibles completas:
Conocidas por la gente comúnmente como dentaduras postizas. Se realizan cuando el paciente no tiene ningún diente, siendo por tanto mucosoportadas al carecer de pilares para la sujeción. El soporte de la prótesis se toma a partir de unas anchas bases, que se extienden sobre la superficie de la mucosa en los procesos alveolares. Pueden ser unimaxilares o bimaxilares; es decir, superior, inferior, o ambas, si el paciente no tiene piezas dentarias en ninguna de las dos arcadas. En este tipo de prótesis, es necesario el logro de un equilibrio oclusal de la articulación superior con la inferior, teniendo en cuenta los movimientos mandibulares, la masticación, la estabilidad de la prótesis, etc.

Prótesis removibles parciales:
Se realizan cuando el paciente tiene algún diente remanente, que contribuirá a la retención de la prótesis mediante retenedores forjados o colados, siendo por tanto dentomucosoportada. No son unas prótesis muy usadas, ya que las prótesis removibles parciales metálicas, ofrecen una mayor calidad y mejor funcionalidad. Suelen usarse simplemente como prótesis provisionales.

Dentomucosoportadas:
Aquellas que combinan los dos tipos de soportes anteriormente mencionados, es decir, se soportan tanto en los dientes remanentes del paciente como en el proceso alveolar.

Las prótesis removibles metálicas. También conocidas como esqueléticas, son prótesis parciales dentomucosoportadas. Es decir, se sujetan tanto en los dientes como en la mucosa, y se realizan cuando el paciente aún conserva algunos de sus dientes naturales. Estas prótesis son removibles, o lo que es lo mismo, pueden ser extraídas y colocadas por el paciente. Se hacen mediante una estructura metálica colada (que puede ser de diferentes aleaciones, tanto nobles como no nobles) a partir de un patrón de cera realizado manualmente, y con el uso de preformas, sobre los modelos de revestimiento. Los dientes y reconstrucciones de la encía son de resina acrílica.

Las prótesis removibles de resina. Agrupan aquellas que son realizadas con resina acrílica (u otros plásticos), y que pueden ser colocadas y extraídas por el paciente. La elaboración de estas prótesis dentales ha de atender tanto a criterios funcionales como estéticos, y debemos invitar al paciente a la realización de una higiene cuidada, tanto de la cavidad oral como de la prótesis, que debe ser extraída para su limpieza.

Prótesis mixta:
Constan de una parte que va fija en la boca y otra que el paciente puede retirar y colocar.

Implantosoportadas:
Las prótesis sobre implantes son prótesis implantosoportadas, es decir, se sujetan en implantes dentales, por lo que el paciente debe someterse previamente a una operación quirúrgica. Estás prótesis pueden ser fijas (implantosoportadas) o removibles (implantomucosoportadas).